Publicado el 23 ago 2021
La plantilla es la base de una empresa. Valorarla, cuidarla e invertir en ella es una decisión muy inteligente de cara a la prosperidad del negocio. Los trabajadores felices y contentos, son más productivos, hablan bien de su empresa y al sentirse parte de la misma, es menos probable que la abandonen.
Cuando se analiza el valor de una empresa, se suelen tener en cuenta diferentes factores, como pueden ser la facturación, los bienes materiales del negocio o incluso su tamaño. Sin embargo, muchas veces se olvida por completo el activo más importante con el que cuenta una empresa. Su capital humano.
Una de las claves del éxito empresarial, es conocer el valor de los empleados. No obstante, no en todos los sectores se valora con la suficiente importancia el trabajo que realiza el personal que compone la empresa, pese a que la gran mayoría de expertos en gestión empresarial, coincidan en subrayar el importante valor de los recursos humanos de una empresa.
Los trabajadores de un negocio, son su capital humano, y se trata de un activo muy importante aunque se trate de algo inmaterial y no se valore en millones de euros. Cada vez más personal de dirección empresarial y departamentos de Recursos Humanos son conscientes del valor de las personas que tienen empleadas y que son las únicas que consiguen hacer que el negocio siga funcionando.
Para ello, es importante invertir en el bienestar de los trabajadores que se tienen contratados. Disponer de una plantilla que se siente valorada, motivada, y que se siente una parte importante de la empresa, puede conseguir que la calidad de su desempeño mejore y esto, tanto a corto como a largo plazo, traerá beneficios económicos a la empresa.
Pero ¿y cómo se valora a los empleados?
Seguimiento de las necesidades y toma de decisiones. La toma de decisiones y el seguimiento de las necesidades de los empleados son factores esenciales para el éxito empresarial. Los empleados mejor valorados son aquellos que toman la iniciativa y son capaces de valorar una situación crítica con sus pros y sus contras para finalmente tomar la mejor decisión. Por ese motivo, es fundamental fomentar la motivación en el centro de trabajo y tener en consideración las necesidades que tienen los empleados para que así, al tenerlas cubiertas se centrarán exclusivamente en realizar su trabajo lo mejor posible, mejorando su rendimiento.
Asertividad. Un equipo de trabajo que se siente escuchado y comprendido por la empresa es una plantilla valorada. Tanto desde los mandos medios, como los altos y desde Recursos Humanos se debe practicar la escucha activa con las personas subordinadas o con cualquier persona empleada por la empresa, mostrándose accesible para aplicar cualquier mejora necesaria o calmar cualquier disconfort.
Team building. Aplicar estrategias de team building es muy enriquecedor para fomentar la sensación de pertenencia a un equipo y a la empresa y además permite valorar los puntos débiles y fuertes de los empleados y conocerlos como personas.
Medición de resultados. Cualquier tipo de intervención que se plantee desde Recursos Humanos con la intención de mejorar el ambiente de trabajo o la situación de los empleados debe poder medirse para así valorar los resultados. En ocasiones, se realizan actividades con unos objetivos muy bonitos, pero que pueden no ser reales y traer consigo pérdidas económicas o desavenencias entre los empleados. Por eso es muy importante la correcta recogida de datos, e ir adaptando cualquier tipo de actividad pensada para la mejora de la situación de los empleados para que sea beneficiosa tanto para ellos como para la empresa.
Compensación de la lealtad. Una plantilla leal pone el compromiso con la empresa por delante de todo y es menos probable que deje el empleo o se vaya a la competencia. Por lo tanto, es importante tener en cuenta esta lealtad y compensarla. Un empleado desleal, puede crear un ambiente de trabajo tóxico en el que el resto de compañeros no puedan crecer o no quieran quedarse. El equipo necesita sentirse valorado, y la forma más objetiva y directa de compensarlo es a través del salario. Una empresa que valore su capital humano lo reflejará en nóminas flexibles, con remuneraciones variadas y adaptadas a cada empleado.
La plantilla es la base de una empresa. Valorarla, cuidarla e invertir en ella es una decisión muy inteligente de cara a la prosperidad del negocio. Los trabajadores felices y contentos, son más productivos, hablan bien de su empresa y al sentirse parte de la misma, es menos probable que la abandonen.